El Allium palentinum es una especie de planta bulbosa perteneciente a la familia Amaryllidaceae.
Es una planta herbácea bulbosa perenne, de la misma familia que el ajo, endémico de la cordillera Cantábrica. Algunos autores consideran a esta especie como una subespecie de Allium eritrocerum, aunque los estudios publicados por el Real Jardín Botánico de España, ponen de manifiesto suficientes diferenceas morfológica y biológicas como para considerarlo especie propia.
Tiene bulbos fusiformes de hasta 5 cm de largo, unidos en grupos de 2 o 3. Florece entre julio y agosto, presentando unas vistosas flores violetas. Crece en canchales y roquedos calizos, pudiendo superar los 3000 msnm.
Como la mayoría de las plantas de su género, desprende un característico olor, debido a la aliína, un sulfuro que se transforma en alicina al ser cortadas o machacadas cualquier parte de la planta. A esta sustancia se le reconocen propiedades antibacterianas y antifúngicas.[1]
Allium palentinum fue descrita por Losa & P.Monts. y publicado en Anales del Instituto Botánico A. J. Cavanilles 11: 423. 1953.[2][3][4]
Allium: nombre genérico muy antiguo. Las plantas de este género eran conocidos tanto por los romanos como por los griegos. Sin embargo, parece que el término tiene un origen celta y significa "quemar", en referencia al fuerte olor acre de la planta.[5] Uno de los primeros en utilizar este nombre para fines botánicos fue el naturalista francés Joseph Pitton de Tournefort (1656-1708).
palentinum: epíteto geográfico que alude a su localización en Palencia.
El Allium palentinum es una especie de planta bulbosa perteneciente a la familia Amaryllidaceae.