Se zambulle desde ramas a baja altura, rocas emergentes o desde un cable del tendido eléctrico. En algunas ocasiones se alimentan de insectos e invertebrados acuáticos. Las perchas se encuentran a una altura promedio de 1.5 m. y pocas veces a más de un metro de la ribera del río. La longitud de la presa se relaciona muy poco, aunque en forma significativa, con la altura de la percha desde la cual se capturó. El ángulo de la zambullida (ángulo entre la trayectoria promedio de vuelo hacia abajo de la percha, hasta el punto de entrada en el agua) varía desde 90 hasta 150 grados y nunca se han observado ángulos menores. Aparentemente, la reflexión y la refracción distorsionan considerablemente la imagen del blanco y ocurren pocos intentos exitosos en ángulos menores de 150 grados. La longitud de las presas varía de 8 a 80 mm. El "martín pescador" abandona el agua tan pronto como le es inmediatamente después de una zambullida, y lleva sus presas a una percha cercana donde las engulle por la cabeza. Golpea las presas contra una rama antes de tragarlas. El tiempo utilizado para manipular y golpear la presa antes de engullirla se relaciona marcadamente con el tamaño de esta. Las subsiguientes perchas de caza generalmente dominan áreas "libres" que hayan sido afectadas por la zambullida anterior. Sólo el 30 % de las zambullidas son exitosas, y en ocasiones, se observan zambullidas abortadas en las que el "martín pescador" cambió su rumbo antes de entrar en el agua.